Educación, libertad y ética, pilares de la transformación social.

 El 31 de diciembre, de este año se cumplen 20 años del fallecimiento de Joaquín Vallejo Arbeláez, quién en su extenso legado dejó una obra de cuatro tomos, que no pierde vigencia; titulada Las Fronteras de la Libertad, estudió él la libertad desde las ciencias, (Tomo I), la filosofía (Tomo II), la Ética y el Derecho (Tomo III) y su práctica, (Tomo IV) (ejercida por el hombre).

Dice Vallejo Arbeláez (1981) en una de sus conclusiones sobre la práctica de la libertad: “el hombre no debe sacrificarse en búsqueda de las fronteras de las libertades. Todos sus esfuerzos han de dirigirse hacia la comprensión del dualismo entre su capacidad de participar en el cambio de la sociedad y la naturaleza y su obligación de aceptar los efectos del devenir” (T. IV, p.295)

Esa conclusión pareciese como premonitoria y de alerta a lo que está pasando en el mundo 44 años después, poniendo sobre la mesa los retos para la humanidad en el ejercicio de las libertades y una de sus fronteras, que bien podría ser el quinto tomo de esa obra: la ética frente a la tecnología del S.XXI, en especial el uso de las redes sociales e inteligencia artificial, que presentan uno de los dilemas éticos más importantes para cualquier actividad humana, siendo la educación y formación, donde se funden los cimientos de una sociedad ética, como lo expresé en el artículo anterior “Educación y civilidad”.

En su escrito “La inteligencia ética: una visión desde el contexto educativo”, la investigadora venezolana Maria Auxiliadora Campos Medina, (2022), escribió en la conclusión de su artículo:

“Los momentos de incertidumbre que vive la humanidad precisa de una mirada transcompleja, que desde una reflexión recursiva propugne renovados fundamentos ontológicos en el ámbito educacional, enmarcada en una estela socio-ética de orden superior orientada a llenar los vacíos de conocimiento y de pensamientos axiológicos de modo que emerjan nuevos amalgamas teóricos, con una base transfiguracional, con conciencia social para educar en valores, así reconfigurar la pirámide de la vida , que se encuentra invertida: el encuentro del hombre consigo mismo, con el hombre y con la verdad divina.”

Pero no solo la inteligencia ética es suficiente para que desde el aula, el docente, como actor transformador de la mentes modernas (tema al que me relacionaré en la próxima entrega, con base en el libro de Jonathan Haidt y Greg Lukianof), desarrolle la capacidad del hombre de actuar dentro de las fronteras de la libertad de manera inteligente, porque estamos en un alto riesgo ético frente al uso de la tecnología, siendo este en unos de los problemas de investigación por parte de los académicos contemporáneos, como es el caso de las docentes mexicanas María Evelinda Santiago Jiménez, María Eugenia Lazcano Herrero del Instituto Tecnológico de Puebla y Lilián Hernández Nolasco, de la Universidad Politécnica del Golfo de México, quienes en 2019 publicaron el artículo “La valoración ética en la educación tecnológica”, en la conclusión del escrito afirman ellas: “La escuela […] puede cambiar esa visión; quizá puede ayudar porque también está de por medio la educación familiar y la educación que esparce los medios de comunicación. Aunque los sistemas educativos están enfocados en crear profesionales competitivos, los profesores dentro del aula tienen la oportunidad de insertar como eje vertical la valoración ética.”

Mientras el mundo lleva décadas dando alaridos sobre la pérdida de valores, lo vengo escuchando desde que era colegial, los sistemas educativos universales no han sido capaces de poner los códigos deontológicos como eje transversal en la formación del ser humano, sino, que la ética es vista como una materia de relleno, sin darle la importancia que se requiere para que el derecho positivo (normativo) no tenga que reglar el derecho natural (ético-jurídico universal) a punta de leyes que "obligan" la introducción de más materias "de relleno" en el sistema educativo que no tienen el impacto que se requiere para la transformación de las prácticas sociales, y a su vez se siguen promulgando políticas públicas sectoriales, que al final de cuentas, terminan siendo excluyentes y generadoras de desigualdad social, que no resuelven el tema de fondo, la ética en el ejercicio de la libertad.

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Referencias.

Campos Medina, M. A.,  (2022). La inteligencia ética: Una visión desde el contexto educativo. Revista Digital de Investigación y Postgrado, 3(6), 51-59.

Santiago Jiménez, M. E., Lazcano Herrero, M. E., & Hernández Nolasco, L.  (2019). La valoración ética en la educación tecnológica. Innovación Educativa, 19(80), 137-160.

Vallejo Arbeláez, J. (1981). Las Fronteras de las Libertades. IV. La práctica de la libertad, Printed Colombiana.


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