El bucle nauseabundo de la política colombiana.
La investigadora Olga L. González escribió el libro “El presidente que no fue. La historia silenciada de Gabriel Turbay”, enseñándonos otra mirada de la historia política colombiana de la primera mitad del S.XX .
La escritora Olga, relata, como la xenofobia y el clasismo contra Gabriel Turbay Abunaber (Bucaramanga, 1901- París, 1947) fueron los grandes protagonistas antes y durante la contienda política por la presidencia del año 1946, a razón de los orígenes libaneses de los ancestros del entonces candidato. Los fake news de esa época estaban expresando que Turbay no era colombiano, sino turco.
En medios de comunicación bogotanos, como el periódico godo El Siglo (De Laureano Gómez), el programa radial al servicio del gaitanismo “Combate” bajo la dirección de Jorge Uribe Márquez y Alejandro Leaño Forero, quién en aviso promocional expresaba que era “radio-periódico liberal gaitanista al servicio de la restauración moral y democrática de la república” (p.283). Esos medios, entre otros de la época, algunos aún vigentes, se dedicaron a viralizar la falsedad de la nacionalidad de Gabriel Turbay. Como también la empapelada de las vías con afiches haciendo referencia a íconos de la cultura turca que expresaban “TURCO NO” (p.284). Incluso, en esa campaña sucia contra Turbay, fue apedreado en una reunión en la ciudad de Cali.
Pero no solo fue la campaña racista y xenofóbica contra Turbay, sino los contubernios entre dios y el diablo, para atacar al Dr. Gabriel (quién era médico de profesión), cuyos actores principales fueron Laureano Gómez y Jorge Eliecer Gaitán (no quiero decir que uno fuera dios y el otro el diablo, o en sentido contrario, como dijo una excandidata en un reinado de belleza), sino como lo detalla la investigadora Olga en el capítulo 10. “Cuando Laureano Gómez le hacia campaña a Gaitán”. Escribe ella: “[…] el periódico (El Siglo) está muy volcado a favor de Gaitán. Durante los tres meses de campaña electoral que van de enero a marzo de 1946 – es decir, antes de que exista un candidato conservador- el candidato del periódico es, sin lugar a dudas, Gaitán.” (pag. 241).
Traigo esos dos aspectos de la contienda política de hace casi 80 años, para expresar que nuestra actualidad política no dista de mucho de ese entonces. Los insultos emanados desde las altas dignidades del gobierno, como de los congresistas, tanto gobernistas como de oposición, de la ciudadanía en general a través de las redes sociales, hacen que el bucle de nuestro que hacer político traiga al presente un riesgo eminente de lo que fue la violencia partidista después del Bogotazo, conducente a una de las peores épocas sangrientas de nuestra historia reciente, que se logró “parar” con base en el Pacto firmado de Benidorm (1956), entre Laureano Gómez y Alberto Lleras (jefe conservador y liberal, respectivamente) dándole inicio al denominado Frente Nacional. (1958-1974).
Este bucle de nuestro quehacer político está marcado por las “bodegas” encargadas de generar en muchos casos fake news para atacar a las personas, no a las ideas (campañas similares a la del racismo contra Turbay). Partidos políticos diluidos sin un norte claro ideológico (“los godos apoyando a Gaitán”) o líderes de los partidos políticos saboteando a sus propios candidatos, como en otras elecciones recientes en el país, (ver el capítulo 9. “Los “oligarcas” del Partido Liberal unidos contra Gabriel Turbay o el porqué de la traición y la desconfianza de los conciliábulos bogotanos”.)
Es tal la pérdida de confianza en los partidos políticos colombianos, que vemos candidatos por fuera de ellos “mendigando” firmas en las calles, para evitar ser encasillados en esas desacreditadas empresas “electorales”, que pareciese no evolucionaron en estos 80 años, porque en vez de fortalecer su postura ideológica, se diluyó con las aspiraciones electoreras individualistas y no de la colectividad; porque, seguimos como hace ocho décadas, teniendo como caballito de batalla la lucha contra la corrupción, dado que no supieron resolver ese mal del país; al contrario, muchos cohonestaron con el delito haciéndose pasar de dignos.
Cómo pinta el 2026 en Colombia y lo que se está viviendo con este bucle histórico, el olor nauseabundo de las peores cloacas del planeta tierra se sentirán en la campaña electoral de finales del 2025 y el año venidero.
Recomiendo leerse juiciosamente “El presidente que no fue. La historia silenciada de Gabriel Turbay”, obra que desmitifica varias percepciones de los actores políticos de los primeros 50 años del S. XX colombiano que se tienen en el colectivo social.
Lázaro Tobón Vallejo
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