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 La difícil situación por la que está atravesando el país, más allá de un modelo desarrollo que resuelva los problemas sociales y las microfinanzas de muchos hogares y empresas, está en nuestro propio talente. Bien lo dijo el saliente Comisionado de Paz Miguel Ceballos en nota publicada en el diario Vanguardia el pasado domingo 23 de mayo, que el país está jugando a dos caras de la moneda, en una está Uribe y en la otra está Petro, y con esa división es muy difícil llegar a acuerdos. Esos acuerdos son necesarios para superar los tragos amargos de un mes de paros, bloques y vandalismo, que lo único que están logrando es ahondar el odio entre los colombianos, empobreciendo a aquellos que viven del diario y a miles de emprendedores de mipymes que vienen con el lastre de un año difícil tras la pandemia. Pero que en lo visto en este mes de crisis hace falta que se implemente la metodología rapport en cada bloque que están sentado en la mesa de negociación. El rapport como explica

 La última semana ha sido bastante turbulenta en el país. La salida de madre de las protestas, que en su concepción como actividad de protesta es legítima, buscando con ella restaurar derechos perdidos o evitar llegar a perderlos, como también evitar abusos por parte del Establecimiento en sus diferentes formas, a ahondado más la división ideológica y partidista en el territorio colombiano. Unos tildan a los movimientos sociales de ser izquierdistas, obviamente su lucha se centra en buscar más bienestar y equidad en oportunidades para un mejor vivir, pero qué a su vez los actos vandálicos se los atribuyen a ellos con el fin de desacreditarlos y evitar llegar al poder por el lastre del comunismo en el ejercicio público del poder, temiendo que Colombia llegue asimilarse al estado fallido de Venezuela. Pero, otros en sus hipótesis también plantean que los actos de vandalismo pueden ser promovidos y atizados por le extrema derecha con la finalidad de desacreditar las marchas populares