La “recaguanización” de Colombia

Colombia durante el gobierno de Andrés Pastrana en su intento por conseguir la paz con la entonces guerrilla de las FARC, en el Caguán, tuvo dos logros, uno que el líder guerrillero alias Tiro Fijo, lo dejó plantado como novia fea con la silla vacía, además, qué determinó la zona de distensión con cerca de 42 mil km2 , compuesta por los municipios de la Uribe, Mesetas, La Macarena, Vista Hermosa (en el departamento del Meta) y San Vicente del Caguán en el Caquetá, dando pie a que sus límites se extendieran a todo el país que fue doblegado por esa guerrilla reinando el temor y la inseguridad en todo el territorio colombiano, con tentáculos extendidos a Venezuela y Ecuador.

Finaliza el gobierno pastranista y llega al país la política de Seguridad Democrática, con el presidente Álvaro Uribe Vélez, quién, logró replegar la guerrilla y que el país volviera a tener ciertos niveles de tranquilidad ciudadana, dejando abiertas los caminos para que su sucesor, Juan Manuel Santos, más bien que mal, lograse un acuerdo de paz con las FARC, pero, como lo expresé en varias veces en mi columna FIDES de EL MUNDO, no se podría denominar paz, porque faltaban otras fuerzas delictivas en el país para sumarse a ese ideal de tranquilidad, y que, sin inversión social en las zonas vulnerables del país, sin capacidad de generación de empleo, además con baja formación académica para los desmovilizados, las opciones de reintegrarse a la vida civil y productiva serían difíciles.

A su vez, advertía qué, después de procesos de paz con los subversivos en algunos países centroamericanos, sus ciudades se convirtieron en focos inseguridad, el mismo escenario podría darse en Colombia, tal como está pasando. Pero, sería irresponsable afirmar de tajo que el deterioro de la seguridad en las ciudades y campos del país se debe a los que se sumaron a los acuerdos con las FARC, asumiendo el reto de reintegrarse a la vida civil y productiva, pero habrá uno que otro no encarrilado apostándole al delito, a los que se le suman otras fuerzas nacionales y foráneas apostándole a esa dinámica de la delincuencia común.

Nos han querido vender que la inseguridad es un tema de percepción ciudadana, falso de toda falsedad, la realidad es diferente, como lo indica. La Corporación Excelencia de la Justicia en su sitio web (https://cej.org.co/indicadores-de-justicia/criminalidad/entrada-de-noticias-criminales-al-sistema-penal-oral-acusatorio-en-colombia/), al llevar los datos de las noticias criminales registradas al Sistema Penal Oral Acusatorio, desde 2010 hasta 2022. En ese lapso, se han generado 15.891.950 noticias criminales, eso sin contar lo que no se denuncia y en cabeza del escalafón se ubica el hurto con 4.350.439 casos (27.38%), solo en 2022 se crearon 1.799.273 (11.32%) de noticias criminales, siendo el año con el mayor número eventos evidenciados por dicha corporación, teniendo al hurto con el 32.25% de participación en dicho año. Este delito, en relación con el año de 2021, se incrementó en un 30.12%.

Habla uno con la gente y la gran mayoría tiene miedo real, caminando prevenidos, como cuáles búhos, poniendo atención a todo lo que se mueva. Es la misma sensación que tuvimos en Medellín durante los aciagos años de violencia del narcotráfico y el miedo con la “caguanización” del país durante el gobierno de Andrés Pastrana Arango, y sí Gustavo Petro no le pone el coto a este asunto y piensa más en la gente de la calle y el fortalecimiento de la justicia con verdadera capacidad investigativa, y sin atizar el fuego social como lo hizo en su discurso del día 14 de febrero, invitando a que el pueblo se levante, dando a entender, no con estas palabras, que si sus reformas no se las aprueban en el Congreso y la Corte Constitucional debe pasar de "agache" con su función natural de protección a la Carta Magna, estaremos viviendo dentro de poco la “recaguanización" de Colombia.

 

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