"Des-gobernanza"

 La Real Academia de la Lengua Española, define gobernanza en una de sus acepciones como: "Arte o manera de gobernar que se propone como objetivo el logro de un desarrollo económico, social e institucional duradero, promoviendo un sano equilibrio entre el Estado, la sociedad civil y el mercado de la economía." (https://dle.rae.es/gobernanza)

Antioquia empezó a construir su sueño de ser la mejor esquina de América: después de la batalla de Chorros Blancos, el 12 de febrero de 1820, gracias a las acciones militares comandadas por el General Córdova y refrendado con el Plan Estratégico de Antioquia de 1998, en su visión 2020, formulada por el consenso entre el sector privado, las organizaciones cívicas, la academia y el estamento administrativo público de ser "justa, pacífica, educada, pujante y en armonía con la naturaleza", se está diluyendo gracias a la "des-gobernanza" y perdida de gobernabilidad en la "tácita de plata".

Proféticas suenan las palabras de Epifanio Mejía, autor del himno antioqueño, en su novena estrofa: 

"Muchachos, le digo a todos los vecinos de las selvas la corneta está sonando...¡tiranos hay en la sierra!"

Y es qué la tiranía no es producto de la personalidad del gobernante, ella incide, pero es el resultado de un "dejísmo" que, como sociedad nos está arropando.

Tiranía desde la administración pública que en vez de seguir fortaleciendo el tejido social-empresarial-académico, qué se logró a través del Comité Universidad-Empresa-Estado (CUEE), ha ido perdiendo visibilidad en el contexto departamental y local. En su página (https://www.cueeantioquia.com.co/), se leé la última noticia de agosto de 2020, titulada "Velar por la independencia de Ruta N, fundamental para el futuro de Medellín como ciudad del conocimiento". ¿Será por causa de la pandemia qué ha perdido fuerza este comité?

El resultado de la acción tiránica la publicó el diario Portafolio el día 13 de abril: "Gestión corporativo de EPM 'rajada' por las calificadoras", en donde expresan las razones: "injerencia del alcalde de Medellín, Daniel Quintero, en las decisiones administrativas y estratégicas. Hidroituango y la designación de tres gerentes en 16 meses". Ya van 4 gerentes designados, en ese lapso.

Aunado al ataque "a la joya de la corona" duele en lo más profundo de nuestra sociedad, y lo más seguro que aquellos que la hicieron grande deben estar revolcándose en la tumba, fue el trino "el futuro se parece a nosotros. Medellín ya no les pertenece. Colombia ya no les pertenece", como ataque  frontal contra ese arraigo regionalista paisa, que aunque tiene sus defectos, ha sido el apalancamiento para empujar el desarrollo antioqueño en los momentos más oscuros de nuestra historia y la desesperanza de los años 80 fue vencida por tesón y empuje de la raza que decidió quitarse el hierro del cuello y llevarlo entre las manos para forjar una sociedad que necesita del consenso entre los diferentes actores de todos los rincones, pero respetando el disenso, necesario para que, entre todos coadyuvemos en reconstruir el tejido antioqueño.

 Meternos en la "lucha de clases" es conducir a Medellín hacia el barranco, se requiere que ese liderazgo que está en nuestro ADN, sea empleado para trabajar por esa visión de ser lo mejores, pero sin ser egocéntricos, sino con base en la construcción de alianzas creativas, tal cual se emplea en la filosofía de gestión de equipos de trabajo: "co-crear" y no competir, porque de lo contrario, mientras nos enfocamos en esta pelea pírrica, otras regiones colombianas vienen haciendo la tarea de superar a Antioquia en materia de competitividad. 

Construyamos gobernanza y no "des-gobernanza".


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